Jules Gabriel Verne (Nantes, 1828-Amiens 1905) no sólo es considerado como uno de los escritores más importantes de la literatura francesa y mundial, sino también como el “padre” de la literatura de ciencia -ficción., género que tanto debe a su ingenio y estilo innovadores. Fascinado por los avances científico-técnicos de su época y adelantando de manera visionaria a los que habrían de llegar en el siglo XX, Verne creó con su escritura un universo fantástico en el que, gracias a la electricidad y a las nuevas máquinas y artilugios, los hombres son capaces de proezas extraordinarias jamás soñadas. Este imaginario quedó fielmente plasmado en la serie de novelas que escribió a lo largo de cuarenta años, agrupadas bajo el título de “Viajes Extraordinarios”, entre las que se encuentran obras tan famosas como Cinco semanas en globo (1863), Viaje al centro de la Tierra (1864), De la Tierra a la Luna (1865) o La vuelta al mundo en ochenta días (1870).
En 1869, un año antes de que fuese publicada en Francia por el Magasin d´ Èducation et Rècrèation , apareció en España, editada por Tomás Rey y Cía, una de las obras más emblemáticas de dicha serie y la que para algunos críticos constituye su obra magna : Veinte mil leguas de viaje submarino. Siguiendo el modelo de las tradicionales novelas de aventuras, en ella se narran en primera persona las acontecidas al profesor Pierre Aronnax; un eminente biólogo empeñado en conocer el origen de unas extrañas apariciones marinas ; investigación que lo lleva de forma inesperada a bordo del Nautilus, un futurista submarino diseñado, construido y conducido por el misterioso capitán Nemo ( del latín nadie, es el nombre que utiliza Odiseo para burlar a Polifemo) , un personaje en el que muchos críticos han visto un trasunto del propio autor. Juntos, recorren los fondos oceánicos hasta entonces inexplorados por los hombres, descubriendo criaturas y paisaje insospechados, e incluso, continentes hundidos, como la mítica Atlántida. Mezclando hechos reales, datos científicos y una gran dosis de imaginación, Verne consigue describir de manera asombrosamente detallada un mundo que aún hoy, continua incógnito en muchos de sus aspectos.
Muestra de esta conjunción entre realidad y fantasía, que impregna la novela es el capítulo que dedica a la bahía de Vigo, en el que se narran los sucesos relacionados con la batalla de Rande, que enfrentó a españoles e ingleses el 23 de octubre de 1702, en el contexto de la Guerra de Sucesión española. Verne atribuye la gran riqueza de su protagonista, el capitán Nemo, al saqueo del tesoro de los galeones españoles que, cargados con el mayor envío de riquezas procedente de las Américas conocido hasta entonces (la llamada Flota de la Plata) fueron hundidos en la ría de Vigo durante aquella batalla.
Curiosamente, antes de la publicación de Veinte mil leguas de viaje submarino Verne nunca había visitado Vigo y no fue hasta 1878 que visitaría la ciudad, a bordo de su yate Saint Muchel III, con el que pudo recorrer la bahía de San Simón, cuyas profundidades tan bien había descrito en su para entonces, ya famosa novela.