«The Old Man and the Sea». Ernest Hemingway
«Decía siempre la mar. Así es como le dicen en
español cuando la quieren. A veces los que la
quieren, hablan mal de ella, pero lo hacen siempre
como si fuera una mujer.»
“El viejo y el mar”. Ernest Hemingway
Ernest Hemingway
La Corriente del Golfo o Gulf Stream es una masa de agua océanica que nace en el Golfo de México y se desplaza, a una velocidad aproximada de 1,8 m/s hacia el Atlántico Norte, hasta alcanzar los 40 grados N y 50 grados O. A partir de ahí sus aguas se dividen en dos brazos, integrándose, por un lado hacia el norte (Corriente del Atlántico Norte); por el otro hacia el sur (Corriente de las Islas Canarias).
Con un ancho medio de entre de entre 80 y 150 km y una profundidad variable entre los 800 y los 1200m, aproximadamente, su calidez es responsable de las benignas temperaturas de Europa Occidental y ejercen una influencia notable en Galicia, donde determinan buena parte de la flora y fauna marina de sus costas.
Pocas veces ha existido una corriente más» literaria «que la Corriente del Golfo, vinculada estrechamente al escritor y periodista norteamericano Ernest Hemingway (Illinois, 21 de julio de 1899-Idaho, 2 de julio de 1961). Desde que en 1928, de regreso de su periplo de post-guerra europeo, el autor de Adiós a las armas, Por quién doblan las campanas o Fiesta desembarcó en La Habana, el mar y la Corriente del Golfo ( a la que denominaría como «El gran río azul») pasarían a ser una constante su vida y de su obra.
Hemingway, no sólo estableció su residencia en esta ciudad, muy cerca de la corriente, desde donde solía organizar y participar en expediciones de pesquerías de agujas y costeros; sino que las aventuras a bordo de su yate » Pilar» así como el conocimiento de primera mano de a vida de los pescadores de la zona inspirarían el más famoso de sus relatos, El viejo y el mar, publicado en 1952 por la revista Life y que le valió el Premio Pulitzer en 1953 y la concesión del Nobel al año siguiente.
La lucha por la supervivencia del viejo Santiago frente al gran pez, su entrañable amistad con el muchacho y sobre todo su gran lección de vida: » un hombre puede ser destruido, pero no derrotado » forman parte ya del imaginario colectivo y de una de las más hermosas leyendas que jamás se hayan escrito sobre la vida en el mar.
